Arte a la carta.
El escritor que revela su oficio ante un desconocido, pronto escuchará una rara petición: quiere que escriba la historia de su vida. Pero, debido a las malas experiencias anteriores, es muy probable que ni siquiera le pregunte qué le pasó, qué maravillas vividas justifican manchar varios papeles. Ese desconocido tan sólo quiere vivir en un libro, aunque su vida no dé para más de un par de palabras.
Estas almas en pena, ahora conocidas por el nombre de usuarios, ya no molestarán a un artista con sus miserias. Un programa se encargará de dar forma a sus anécdotas, ya sea en forma de canciones, novelas, poemas y demás perversiones artísticas. Incluso podrá escoger el estilo en el que se ha de realizar la obra.
El libro diario (2014), Antonio Palacios Rojo